Cuando se lee por placer no se exige del lector otra cosa que mantener el interés por la lectura: porque disfruta del espectáculo imaginario que las imágenes van representando, porque queda atrapado en la intriga o el suspenso, porque se deja elevar por la sonoridad de las palabras, porque se identifica, se conmueve o se rebela contra algún personaje ...
La biblioteca de nuestra escuela cumple un rol funcional en la relación alumno-libro.
Los niños eligen un libro para llevarse a su casa y leerlo en familia, siempre teniendo presente el cuidado de los libros y devolviéndolos en tiempo y forma.
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